No debemos perder las cosas bellas de la vida...
Me encanta pensar. Antes solía acostarme sobre la hierva fresca del campo, alla en la finca de mis abuelos , Pasaba allí tardes enteras, a veces con la compañía de mis primas otras sola, a veces con la compañía de un libro o simplemente con mi propia compañía. Tenía un rinconcito reservado para mi. Me gustaba ver como el sol cambiaba de lugar poco a poco, incluso colocaba alguna piedrecita en el suelo y observaba cómo la sombra iba cambiando de lugar. De vez en cuando me asomaba a ver si los pajaritos tenian un nido encima del arbol y con gran admiracion veia como aquellas diminutas criaturas, eran capaces de traer las matitas e ir formando su nido con su propia boca, algo que siempre me llamaba la atencion era su instinto de supervivencia
El silencio que invadía aquella escena sólo se interrumpía cuando alguna de mis primas me devolvia a la realidad, llamandome a comer , qué bueno cuando el aire que llegaba hasta mi traía consigo el olor de la comida recien hecha y de la leña seca con la que cocinaba mi abuela.
Yo estaba allí sentada en aquella mesa, pero cada tarde recorría un largo camino. Caminaba por mis pensamientos, empezaba pensando en algo y poco a poco, cambiaba de pensamiento hasta que al final me daba cuenta y me decía a mi misma: ¿cómo he llegado hasta aquí? Y retrocedía poquito a poco.
Bien, ya hace 40 años que no visito mi lugar favorito, el lugar de la paz y el descanso de mi mente, aquel lugar donde soñe, tube aspiraciones e ilusiones. ¿Por qué? No lo sé. Me arrancaron mis raices, mis familiares, y tambien mis sueños , es más fácil tumbarse boca arriba en la cama y dar vueltas por el techo. Pero no es lo mismo, que tenderce sobre aquella hierva fresca del campo y mirar como los pajaritos fabrican sus nidos, No hay que perder las cosas buenas y sencillas de la vida, no hay que dejarce guiar por lo material, cuando las cosas sencillas y bellas de la vida no cuestan nada, Creo que volvere pronto a visitar aquel lugar de mis ansias y alli, acostada sobre la hierva fresca del campo, volvere a soñar, aunque la tristeza embargue mi alma, ya no estaran mis primas para despertarme del embelezo y llamarme a cenar, ya no sentire aquel olor a leña seca , ni el olor a comida de mi abuela, ya no vere las cosas que me eran tan familiar, pero volvere a ver a los pajaritos fabricar sus nidos sobre un viejo arbol y ese recuerdo volvera a llenarme la vida ...
Odalys
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