lunes, 1 de marzo de 2010

Mis hijos...


Cuando mis hijos eran pequeños recuerdo que solía dormirlos en mis brazos. Aunque me cansaba mucho, me encantaba acunarlos y cantarles aquellas canciones que me inventaba con algunas de mis melodías más queridas. A veces pensaba que ya se habían dormido y seguía teniéndolos un rato entre mis brazos. Eran momentos de una ternura suprema y todo mi ser sonreía al contemplarlos. Y entonces ocurría: abrían sus ojitos y me miraban, se aseguraban que yo seguía allí y luego volvían a dormir. Con un suspiro de tranquilidad cerraban su inspección... Que preciosa experiencia... Solo para vivirla ya valía la pena nacer... Porque aquel suspiro le daba un sentido muy especial a mi existencia. Y le sigue dando... Mis hijos han crecido y ya no puedo mecerlos, pero aun siento muchas veces aquel suspiro: en un beso, en un “te quiero Mami”, en un abrazo, en una mirada o en un gesto percibo aún periódicamente aquel tranquilo suspiro que dice: “Gracias por estar aquí...” Y es precisamente en eso donde debe radicar la magia del amor que mientras viva quiero ofrecerles. Pasarán los años y tarde o temprano escogerán sus propios caminos, pero quiero que tengan siempre presente que su Madre, sigue estando aqui.
Odalys

1 comentarios:

Blogger MUJER SIN ILUSIONES ha dicho...

DE IZQUIERDA A DERECHA MIS CUATRO HIJOS , MI HIJO VARON Y MIS TRES HIJAS

1 de marzo de 2010, 11:11  

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