ME SIENTO NINA OTRA VEZ...
caminando por el parque de mi pueblo tomada de la mano de mi padre, creció entre mi padre y yo una relación de amor y respeto tan sólida como esos árboles que bordean el que un día fue nuestro camino, cuya sombra fue cómplice de nuestros juegos y en cuyas hojas se quedaron enredados algunos de los recuerdos más preciados de nuestra niñez.
Esos recuerdos, forman hoy en día parte muy importante de lo que soy y como adulta he aprendido a valorar todo lo que mis padres hicieron por mi, el amor incondicional, la entrega total y lo más importante su tremendo compromiso para con mi educación y estabilidad emocional. En nuestro mundo actual tan lleno de padres desatentos que ven a sus hijos como una carga, yo me pregunto: Qué ha pasado con esa generación de padres que disfrutaba viendo a sus hijos sonreir?, qué ha pasado con aquellos padres que veían en los éxitos de sus hijos sus propias victorias?, qué ha pasado con aquellos padres que te hacían sentir protegido? por qué se han esfumado?
Que a pasado con los hijos que adoraban y respetaban a sus padres?
Que paso con aquellos hijos que cuidaban de ellos hasta que eran ancianos sin llevarlos como un estorbo o un trapo viejo inservible a cualquier asilo, ?
Que paso con los sentimientos de esos hijos que jamas irrespetabamos a un mayor?
Será qué en nuestro afán de darles más cosas materiales le hemos quitado lo que si es verdaderamente valioso?, será que hemos perdido el enfoque y ahora pensamos que es mejor que el niño te vea menos horas al dia pero que pueda llegar en auto al colegio?...
Yo hoy en día no cambiaría esos viajes por el pequeno parque de mi pueblito, por nada en el mundo y si tuviese que volver a vivir escogería exactamente los mismos padres y los mismos paseos a un parquesito de un pueblo sin mas gloria que el amor de sus residentes
Espero que el día que mi hija, sea bendecida con un hijo pueda proporcionarle recuerdos de niñez llenos de amor, de valores y enseñanzas... prefiero que se sienta feliz caminando por un simple parque de pueblo lejano, pero con recuerdos de su infancia, como los mios y no enseñarle que su felicidad está en las cosas materiales. Porque al final, lo material es perecedero... pero en mí esos recuerdos durarán por siempre y nadie nunca podrá robarmelos!
ODALYS
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